Los juegos tradicionales siempre serán una gran alternativa para quienes desean compartir gratos momentos.
Representan todo un legado que ha pasado de generación en generación y que quizás al practicarlos generan recuerdos para toda la vida con amigos y familiares.
A la mente saltan algunos juegos tradicionales que en su mayoría involucran grupos de personas o competencias sanas para cumplir con las tareas o retos, permitiendo al público apostar y alcanzar el triunfo.
Por ejemplo, existe la costumbre mundial de echar un pulso, escena frecuentemente retratada en las películas, donde dos personas miden su fuerza apoyando sus brazos en una mesa, mientras los presentes apuestan respecto a quien tiene mayor fortaleza o resistencia.
La meta es llevar la mano del oponente contra la superficie en la cual colocan los brazos. Su práctica se rastrea a unos 3 mil años atrás, tiempo en el cual los egipcios ya lo hacían, según se ve en pinturas de la época.
Tal evolución de este juego y su popularidad ha permitido la creación de una Federación Internacional de Pulsos, muy activa el día de hoy.
¿Qué juegos tradicionales conoces?
Dependiendo de los países hay varios juegos tradicionales que se han convertido en deportes con el devenir del tiempo.
Las carreras, sean de personas o de diversos animales, las peleas, los juegos que involucran lanzamiento de objetos, o demostraciones de fuerza como cargar troncos de árboles o arrastre de objetos pesados, son herencias de antiguas civilizaciones.
En esta lista de juegos tradicionales podemos incluir otros más: el aro, los bolos, el burro, los juegos de pelotas, la comba, las canicas, carreras de saco, huevo en la cuchara, entre miles más.
La pelota maya
Uno de los más estudiados juegos tradicionales con enormes similitudes a deportes con pelota actuales, fue practicado por los indígenas de Mesoamérica antes de la llegada de Colón. Según los expertos era parecido al ráquetbol. No se podía dejar caer la pelota al suelo.
Era usado como una forma de dirimir conflictos sobre comercio, tierras, y pago de tributos. También tenía componentes rituales y bélicos. Se jugaba tanto en días especiales, como en la cotidianidad.
Otro ejemplo de juego tradicional usado para decidir situaciones es el popular piedra, papel y tijeras, presente en muchísimas sociedades alrededor del mundo. Allí el papel cubre a la piedra, la tijera corta al papel y la piedra destroza la tijera.
Dinámicas y posibilidades de ganar
Los juegos tradicionales tienen sus reglas claras. Algunos pueden jugarse en pareja y para otros se requerirá de un grupo numeroso.
Muchas veces se pasa de boca en boca la tradición, los padres enseñan a sus hijos como es la actividad, las técnicas y las reglas. La afición también se hereda.
Describamos una situación: si elegimos el juego del escondite se necesitarán varios participantes. Una persona será la que cuenta mientras se cubre los ojos y todos los demás se esconden. Finalizado el tiempo de conteo, la persona deberá examinar el área en busca de todos los participantes.
Pudiera parecer algo muy inocente pero este juego ha inspirado a grandes creativos para llevarlo a magnitudes superiores como, por ejemplo, jugar a las escondidas en un inmenso estadio de fútbol en Estados Unidos o Corea del Sur.
Beneficios y vigencia
En medio de una sociedad en donde cada vez hay más niños y jóvenes que pasan horas y horas frente a un computador o con el móvil con juegos virtuales, la opción de los juegos tradicionales es sana.
Los juegos tradicionales tienen múltiples beneficios. Ponen a prueba las destrezas de agilidad mental, estrategias y perseverancia según las normas de cada juego.
Regalan la posibilidad de socializar con otras personas. Tienen que intercambiar información, llegar a acuerdos, hacer ejercicio físico y trabajar por la consecución de una meta.
De manera sana, en muchas comunidades, escuelas y campamentos se suelen hacer competencias y premiar a los ganadores.
Como tradición de los pueblos está en el compromiso de la gente el poder difundir los juegos tradicionales y enseñarlos a la nueva generación. Después de todo, es la única forma en que su legado perdure en el tiempo.