Este juego requiere fabricarse un tirador, nada muy ostentoso, basta con una madera lisa, tachas, pinzas de tender la ropa y unas gomas viejas.
El objetivo es disparar para matar los lagartijas que caminaban por las paredes.
Anteriormente, las casas eran de piedra, y era mucho más frecuente ver a este tipo de animales correr por las fachadas.