Este juego popular en épocas festivas, consiste en montar cucañas de plástico (cacharros viejos de fango o cerámica anteriormente) llenas de agua, harina, caramelos o juguetes.
Éstas se cuelgan de una soga que se anuda a rejas, a algún poste o simplemente se sujeta entre dos personas adultas. Se vendan los ojos del niño (con un pañuelo o un trozo de tela) y éste, a ciegas, debe de romper la cucaña con un palo o bastón.
#FUNFACT: Se dice que el nombre de este juego proviene de una tierra mitológica de la cual se hablaba mucho en la época medieval llamado País de Cucaña o Jauja, en el cual sus habitantes vivían cerca de ríos de leche y vino, y los quesos y lechones pendían de los árboles, frescos y listos para ser comidos.