Para este juego, los chicos y chicas se reúnen en la casa de aquel que tenga panojas roseras a fin de quitarles el envoltorio; a quien le salga una panoja roja tiene derecho a besar a las chicas (se conoce que muchos chicos que traían panojas rojas escondidas en sus bolsillos para poder besar a las chicas); por otro lado, si la panoja es morada (moracha), la persona tenía derecho a dar un pellizco (pizco) a las chicas.
También se conoce que en algunas casas prohibían la entrada de determinados chicos ya que conocían sus trucos y picardías.