También llamado “cacharritos” o “cocinitas” este juego consistía en imaginarse cocinero o cocinera.
Los jugadores “levantaban un fogón” con los materiales que se encontraban a mano: ladrillos, cajas de zapatos, cajas de medicinas, arena, yeso rayado, entre otros, pero lo importante era no salirse del “papel” y dejarse llevar por la imaginación.