Para este juego sólo es necesario unas cuantas tachas viejas o similares (clavos, punzones) y se puede jugar uno contra uno o en equipos.
Para comenzar, se marca el área de juego (el cual debe ser bastante amplio).
Y, a partir de ahí, el objetivo es conseguir quitarle toda la zona al equipo o jugador contrario, para ello, se debe clavar la tacha en el campo contrario y, a continuación, unir la línea divisoria de los campos con la línea exterior del campo contrario, pasando por el punto donde clavó la tacha.
Una vez que se haya hecho la marca, se le preguntaba al equipo contrario qué parte quiere.
Normalmente se elige la parte más grande pero otras ocasiones se prefiere la pequeña por las condiciones de éste, por ejemplo, si tiene más piedras y es más difícil para que el equipo contrario clave la tacha allí.
El jugador debe seguir lanzando hasta que falle, ya sea por no clavar la tacha o por clavarla fuera del campo contrario.
Una vez que algún jugador se quede sin suficiente superficie para apoyar un pie en el momento de lanzar a clavar, entonces ha perdido la partida.